Quedarte en la idea de lo mal que está todo genera más frustración, más enfado y, sobre todo, menos avance. Cuando realmente eres consciente de que estos pensamientos no te ayudan en la difícil tarea de buscar trabajo es cuando de verdad puedes empezar a cambiar tu perspectiva. No digo que ignores la realidad, digo que te centres en lo que TÚ PUEDES HACER. Pero, ¿qué puedes hacer?
El día a día de las personas en búsqueda de empleo tiene los límites desdibujados. Pierdes la noción, todos los días son iguales muchas veces y la diferencia entre lunes, jueves o domingo te la marca el ritmo de vida de los demás en vez del tuyo mismo. La falta de referencia de un horario de trabajo al que acogerte o de unas tareas que hacer provoca la pérdida de perspectiva.
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