En la vida de Andrea existe una personita muy especial, su querida tía Rosa, una enamorada absoluta de los caballos.
¿Y que mejor regalo le podría hacer su sobrina que este maravilloso cuadro? Lo ha realizado en acrílicos, y el intenso contraste de colores se ha visto reforzado con los accesorios de lentejuelas que Andrea ha colocado.
Si hay un mundo de la fantasía donde habiten los caballos (y yo estoy convencida de que si), seguro que no ninguno tan hermoso como este: