Os dejo deberes en forma de preguntas: ¿las demandas de las empresas van demasiado rápido para las instituciones educativas?, ¿hay alguna manera de hacer frente a la polarización del mercado?, ¿no estaremos llegando ya tarde a la reflexión que se nos exige como sociedad en relación a la formación, educación, mercado laboral, derechos, garantías, brecha digital, discriminación…?, ¿por qué creéis que funcionan este tipo de iniciativas?, ¿dónde reside su aporte de valor?
Ya va casi para dos años, ¡cómo pasa el tiempo!, que reflexionaba en este mismo espacio y concretaba “la transformación digital afecta a cómo trabajamos, a cómo y dónde aprendemos pero, sobre todo, a nuestra manera de comunicarnos, ya que requiere del manejo de nuevas herramientas y de nuevos lenguajes. Lo global y lo local pugnan en importancia, los entornos laborales comienzan a estar hiperconectados, las distancias se atenúan, y los retos, pero también las oportunidades, a las que nos hemos de enfrentar organizaciones y profesionales, están creciendo cada día. Y para hacernos con estas últimas, hemos de echar mano de nuestro bagaje de competencias, también las digitales, de nuestra capacidad de aprender y reaprender, y «desaprender» (sustituir estrategias «viejas» por otras más actuales, flexibles y adaptativas) y volver a aprender pero, sobre todo, de aprender a aprender. Lo digital se convierte en un fin pero, sobre todo, en…
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