Salir de la “zona de confort” cuesta y a veces cuesta tanto que esa inercia centrípeta nos atrapa. Los sistemas, tanto la sociedad como los seres humanos, son reacios a evolucionar y las tendencias homeostáticas predominan sobre las facilitadoras de cambios.
Cuando se ha entrado en un túnel, hay que tener la seguridad de que siempre se sale. Siempre hay una salida, Si se entra, se sale. Si hay voluntad para ello.
A veces la salida está en el otro lado. Otras veces se vuelve por donde hemos entrado.
Toda crisis genera un tránsito (el trayecto oscuro del túnel) que al final requiere una toma de decisiones para su resolución. ¿Por qué boca del túnel se sale?
Salir al otro lado es encontrarse con un territorio nuevo, con cosas cambiantes, esperanzadoras de algo mejor, quizás amenazadoras por la incertidumbre de lo que será. ¿Qué nos deparará?
Volver a salir del mismo lado supone regresar a lo conocido, a lo existente, a lo repetido. Aquí no hay incertidumbre. Está la certeza del pasado, la habitualidad conocida, su seguridad, pero que muchas veces viene de la mano de la rutina, del tedio, del…
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