Estar en desempleo pone a prueba la capacidad de resistencia, de proactividad, de resiliencia, hace tambalear nuestra autoestima hasta el nivel 10 de la escala de Richter cual terremoto, consume nuestra capacidad de acción, de relación. Sin duda, aquella persona que no ha estado en desempleo durante más de un año no sabe lo que se siente. Pero ante ese momento de tocar fondo, de no ver salida, de sentirse inútil, excluido e inepto sólo hay una salida posible, y es rearmarse. Para poder hacer un cambio en la vida hay veces que hace falta llegar al extremo, y ante una situación de este tipo, tan extrema, tan desesperada, sólo cabe la lucha, la creación y el hacer.
En mi etapa de orientadora esa frase sobrevolaba la mayoría de las entrevistas que realizaba. Ahora, hoy por hoy, esa frase es de lo más habitual no sólo en mi vida sino en la vida de muchas personas. Estar en desempleo genera una espiral de pensamientos negativos, confusos y de culpa que son muy difíciles de reconducir. Y esa frase llevaría una coletilla, que es si no has estado en paro más de un año, no sabes lo que se siente. He visto personas de mi entorno sufrir un cambio radical, casi poseídos por el no en sus vidas: los noes externos y los noes internos.
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