Adecua tu discurso en función de lo que quiere oír tu interlocutor. Utiliza tu inteligencia emocional para saber cómo puedes conectar con él y causar una buena impresión… destacando aquéllas cosas positivas de tu curriculum. Por tanto, no necesitas ser tan transparente.
Honestidad, sinceridad, sí siempre. Transparencia… sólo a veces.