Debemos ser capaces de ver, por un lado, la enorme oportunidad que tenemos al poder utilizar una herramienta tan tremendamente potente para generar contactos y colaboraciones como es LinkedIn, y también debemos ser capaces de no estropearlo a la primera de cambio.
Ya hemos ido viendo estas semanas atrás qué es LinkedIn, cómo crear una cuenta y cómo buscar contactos y grupos. Pero todo esto no tiene ningún sentido si no tengo claro desde un principio para qué me abro una cuenta en LinkedIn. ¿Cuál es mi objetivo? ¿Estar en la red profesional de la que todo el mundo habla? ¿Ver con cuánta gente conocida me encuentro? ¿Encontrar trabajo? ¿Generar muchos contactos para «por-si-acaso«?
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